Otras Razas
Corino y Cormo: Resultan ser ambas razas argentinas oriundas de la región patagónica sur (provincia de Santa Cruz). Fueron resultado del cruzamiento entre Corriedale y Merino Australiano, buscando obtener animales de lanas más finas que el Corriedale, pero que al mismo tiempo conservaran sus cualidades carniceras. Sin embargo, actualmente en el país, tanto Corino como Cormo están siendo absorbidas por el Merino y Corriedale respectivamente, siendo ya casi inexistentes.
Ambas son muy similares en cuanto a rendimiento carnicero y lanero, estructura corporal y adaptación a climas fríos. Se distinguen en su composición genética, presentando Corino un 75% sangre Merino y Cormo solo un 60%. Además, la primera posee lana un poco más fina que la última.
Karakul: Raza asiática peletera, también utilizadas en cruzas para la producción de carne debido a su carácter magro. No se haya muy difundida en el país, sólo se encuentran majadas en Buenos Aires y Jujuy. Se adapta a climas variados y extremos, posee vellón, vasos y piel de color negros, cara y extremidades descubiertas y su tamaño es mediano. Su vellón es grueso y abierto y se caracteriza por su “cola gorda” en donde acumula grasa que funciona como reserva nutricional ante períodos de escasez de alimento. Su principal atractivo es la piel sedosa de sus corderos, muy apreciada y demandada para la confección de prendas de vestir y alta costura, comercializada en tres tipos: Galyac (nonatos de entre 115 y 125 días de gestación), Breitschwanz (nonatos entre 126 y 142 días de gestación) y Astrakán (neonatos sacrificados dentro de las 72 horas después de nacidos). La piel más apreciada, de alto valor comercial es la Breitschwanz por ser lisa, sedosa y de gran brillo.
Criollos: Raza argentina que resulta de la selección natural a lo largo del tiempo de los ovinos presentes en el país originalmente traídos por los españoles al Virreinato del Río de la Plata. Actualmente se los encuentra en Salta, San Luis, Tucumán, Córdoba, Catamarca, Jujuy y La Rioja, donde pequeños productores los crían para su propia subsistencia, por lo que no tienen un alto valor económico considerable. Se adaptan a ambientes de pocos recursos, son muy rústicos, pequeños, sin estacionalidad reproductiva específica y poseen un vellón liviano cuya lana es utilizada para la elaboración de artesanías.